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Economía y Mercado Inmobiliario octubre 2025

La coyuntura económica chilena sigue marcada por múltiples focos de tensión que limitan el desempeño sectorial. En el plano político, el constante debate sobre reformas estructurales alimenta la cautela entre inversionistas y consumidores, generando mayor prima por riesgo en las expectativas. En el frente económico, el panorama proyecta un crecimiento moderado, acompañado de una inflación persistente y presiones ascendentes. Frente a ese escenario, los bancos centrales optan por actuar con prudencia en sus decisiones de política monetaria, priorizando la meta de estabilidad de precios.

A nivel externo, diversos factores agravan la incertidumbre: la política comercial de Estados Unidos, el conflicto Rusia-Ucrania, el estancamiento de la actividad en Europa y las tensiones financieras en China representan amenazas latentes. La elevada exposición de Chile a shocks externos acentúa el riesgo de impactos adversos sobre la inflación doméstica.

En el ámbito financiero local, las tasas de interés para créditos han experimentado alzas significativas desde 2021 como respuesta al endurecimiento de la política monetaria. Estas alzas elevaron el costo del financiamiento para la vivienda a niveles no vistos desde 2009 y llevaron a la reducción de plazos crediticios, de hasta 30 años a 20-25 años. No obstante, hacia fines de 2024 y comienzos de 2025 se ha observado una ligera relajación en las tasas de largo plazo, lo que ha permitido al mercado hipotecario operar con condiciones algo más favorables. La Encuesta de Créditos Bancarios del Banco Central confirma que, en el segundo trimestre de 2025, los bancos no reportan cambios significativos en los estándares crediticios para empresas, mientras que para consumo se observa cierta apertura.

El mercado laboral también arrastra secuelas: durante la crisis sanitaria se perdieron cerca de 2 millones de empleos, y aunque la recuperación ha sido gradual y hoy la ocupación supera las cifras pre-pandemia en algunos segmentos, la tasa de desocupación sigue siendo elevada, estimándose en torno al 8,7 % al cierre del segundo trimestre. (Información basada en informes del sector).

Por su parte, la confianza entre consumidores y empresarios se mantiene en niveles bajos, pese a algunas mejoras puntuales. El Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE), elaborado por ICARE y la UAI, refleja una percepción persistente de pesimismo en sectores como la construcción, mientras que minería y comercio muestran más optimismo. Estos niveles de confianza condicionan la inversión, ya que muchas decisiones estratégicas se postergan hasta que haya mayor claridad macroeconómica.

En cuanto al sector inmobiliario, los resultados del segundo trimestre de 2025 muestran señales mixtas. Las ventas de viviendas anotaron un modesto avance del 1 % interanual, mientras que la demanda creció un 23 % respecto del trimestre anterior. Las viviendas tipo departamento aumentaron sus ventas un 2 %, mientras que las casas registraron una caída del 3 %. En paralelo, la oferta de viviendas creció 4 %, llegando a unas 108.000 unidades disponibles (89 % departamentos, 11 % casas). La velocidad de ventas, sin embargo, empeoró: se estima que serían necesarios alrededor de 30 meses para agotar la oferta existente, cifra que supera los rangos considerados de equilibrio.

En síntesis, la economía chilena transita por un periodo de ajustes y cautelas. La combinación de tasas elevadas, incertidumbre política, debilidad en las expectativas y un mercado inmobiliario desafiante sitúa a los agentes en modo espera. Bajo estas condiciones, aquellos proyectos capaces de tolerar el riesgo y anticiparse a la recuperación podrían captar valor.

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