La Unión es la capital de la Provincia del Ranco, en el sur de la Región de Los Ríos de Chile, con alrededor de 39.447 habitantes según el último censo oficial. Se ubica en el valle del río Bueno, a 40 km al norte de Osorno y a 80 km al sureste de Valdivia. Su posición cerca del Lago Ranco y rodeada de Cordilleras le otorga paisajes privilegiados y un clima templado lluvioso (oceánico), con precipitaciones distribuidas todo el año. Gracias a esta humedad constante la región mantiene praderas verdes y suelos fértiles para la agricultura y la ganadería: las temperaturas máximas invernales promedian entre 6 °C y 11 °C, en tanto que en verano pueden superar los 30 °C.
Historia




El territorio actual de La Unión estuvo poblado desde antes de la llegada de los españoles por comunidades mapuche-huilliche llamadas “cudicanos”, que controlaban desde el río Llollelhue hasta el Río Bueno y que vivían en comunidades organizadas por caciques (Anquiñir, Catriguala, Manquepán, entre otros). La prosperidad de la zona, incluyendo lavaderos de oro, atrajo la atención colonial: en 1788 Ambrosio O’Higgins fundó la misión y fuerte Nuestra Señora del Pilar para explotar sus recursos.
A fines del siglo XVIII se produjo un alzamiento indígena regional, en septiembre de 1792, dirigido por Queipul y Futañirre, en el cual se quemaron la misión y el fuerte españoles. Este revuelta y la consecuente dispersión de las poblaciones generaron un espacio que, pocos años después, favoreció la expansión chilena en la zona. En 1795-1796 el Director Supremo Bernardo O’Higgins viajó por la zona (hacia Valdivia y de regreso a Valparaíso) y planteó la fundación de una ciudad intermedia entre Osorno y Valdivia. En enero de 1796 trazó la Villa Alcudia junto al río Bueno, pero esta población no prosperó.
Con la independencia de Chile, en 1821 el gobernador de Valdivia, Cayetano Letelier, solicitó al director supremo Bernardo O’Higgins la fundación de un pueblo en el llano que entonces se llamaba “El Llano” (entre los ríos Bueno y Traiguén). Tras gestiones administrativas, el 15 de febrero de 1827 la Asamblea Provincial de Valdivia decretó oficialmente la creación de la Villa Libre de San Juan, en el Llano de Negrón. (Según el historiador Osvaldo Leal, antiguamente el pueblo llegó a conocerse como San José de La Unión.) Ese fue el origen formal de la localidad. Sin embargo, por disputas locales la villa no se asentó en el sitio inicial previsto y en 1843 el intendente José Ignacio García determinó su establecimiento definitivo entre los ríos Llollelhue y Radimadi, en el lugar de la actual ciudad.
Por último, en 1890 se impuso oficialmente el nombre La Unión, en alusión al encuentro de sus ríos Llollelhue y Radimadi al sur de la ciudad. (Otra interpretación del nombre, de origen mapuche, sugiere que proviene de “daglipulli”, palabra mapudungún que significa “unión de espíritus”.) A lo largo del siglo XIX la zona recibió colonos alemanes: queda huella de ello en la arquitectura tradicional que aún sobrevive en la ciudad. En 1851 llegó a establecerse en el Fundo San Juan el naturalista prusiano Rodolfo Amando Philippi, invitado por su hermano Bernardo Philippi, contribuyendo al desarrollo científico y cultural de la comuna.
Cronología histórica destacada:
- 1788: El gobernador Ambrosio O’Higgins funda la misión y fuerte de Nuestra Señora del Pilar en la zona.
- 1792: Levantamiento indígena de Queipul y Futañirre; se destruyen la misión y el fuerte españoles.
- 1795-1796: O’Higgins recorre la región y traza la efímera Villa Alcudia a orillas del río Bueno.
- 1821: Petición de fundación de un pueblo en “El Llano” por Cayetano Letelier, gobernador de Valdivia.
- 1827: Decreto oficial (Asamblea de Valdivia) que crea la Villa Libre de San Juan en el Llano de Negrón.
- 1843: La villa se traslada definitivamente entre los ríos Llollelhue y Radimadi (ubicación actual).
- 1890: La localidad adopta el nombre de La Unión, alusivo a la confluencia de sus ríos.
Geografía y clima

La ciudad de La Unión se sitúa en una extensa planicie aluvional, entre la Cordillera de la Costa y la Cordillera de los Andes, en las cercanías del río Bueno y a poca distancia del Lago Ranco. Esta ubicación le permite gozar de numerosos parajes naturales: por ejemplo, el cercano caserío de Puerto Nuevo (a unos 45 km) y su playa en el lago Ranco, o el puerto de Trumao en el río Bueno, desde donde se organizan paseos fluviales. Varios turísticos ofrecen circuitos de navegación por el río Bueno hasta su desembocadura, excursiones al Parque Nacional Alerce Costero (bosques de alerces milenarios) y recorridos por antiguos bosques costeros y casas patrimoniales de colonos alemanes.
El clima local es templado lluvioso (clima oceánico), con precipitaciones moderadas a altas repartidas todo el año. La presencia de las sierras andina y costera genera variaciones: las vertientes occidentales de ambos macizos reciben mucha lluvia, mientras que la depresión intermedia (donde está la ciudad) es algo más seca. Esta humedad constante hace florecer praderas y bosques: las temperaturas invernales máximas rondan entre 6 °C y 11 °C, y en los veranos las máximas pueden rebasar los 30 °C. La comparación con la costa es notable: zonas cercanas a la costa de La Unión (por ejemplo, Hueicolla) mantienen inviernos más tibios y veranos más frescos, mientras que en el Cerro Mirador de la cordillera costera las nevadas son frecuentes en invierno.
Organización administrativa




La Unión es comuna y capital provincial. Fue elegida cabecera de la provincia del Ranco cuando se creó la región de Los Ríos en 2007 (se independizó de Los Lagos). Como capital provincial, en la ciudad funciona la Gobernación Provincial del Ranco, organismo dependiente de la Intendencia regional. Dicha gobernación financia y distribuye recursos a las comunas de la provincia (La Unión, Futrono, Lago Ranco y Río Bueno) y acoge la oficina del Gobernador Provincial. Además, la comuna tiene su municipalidad local: un alcalde a la cabeza (actualmente Saturnino Quezada Solís) y un concejo municipal de seis miembros electos.
Economía




El motor económico de La Unión es la industria agrícola-ganadera, aprovechando sus fértiles valles. El paisaje de verdes praderas testimonia una fuerte actividad lechera y ganadera. En La Unión está la casa matriz de COLUN (Cooperativa Agrícola y Lechera de La Unión Ltda.), la mayor empresa de productos lácteos del país. Colun fue fundada en junio de 1949 por 70 pequeños productores lecheros locales que se unieron para comercializar su leche. Desde entonces la cooperativa creció hasta emplear hoy a más de 2.000 trabajadores en todo Chile. Actualmente COLUN agrupa a cientos de asociados y abastece de lácteos a nivel nacional e internacional, posicionándose como empresa líder en el sector lácteo chileno.
La ganadería bovina es también crucial: La Unión es la comuna de mayor producción de ganado bovino de la Región de Los Ríos, lo que la convierte en exportadora de carnes a mercados nacionales e internacionales. Asimismo, la agricultura frutícola de la zona se orienta en productos de alto valor agregado: la comuna destaca en la exportación de arándano rojo, frambuesa y otros frutos rojos, aportando así materia prima para la industria nacional y regional. Otro polo productivo histórico es el Molino Grob, operativo desde hace más de 70 años, que produce harina dirigida al mercado del sur de Chile. En síntesis, ganadería, lácteos y agricultura forman el corazón de la economía local, complementados por pequeñas industrias como los molinos de harina y la elaboración de embutidos.
Cultura y festividades
La Unión ha cultivado su propia identidad cultural y patrimonio intangibles. Cada año la municipalidad organiza el Festival del Alerce Milenario, certamen folclórico que incentiva la creación musical inspirada en la naturaleza local. También se realizan eventos como la Semana del Cine de La Unión, destacan varias festividades religiosas, asociación de cocinas tradicionales, grupo de guardianes del patrimonio y victimas tejedoras de cultura, entre otros. Entre los personajes ilustres vinculados a la comuna están el naturalista Rodolfo Philippi (residentado en el Fundo San Juan) y diversos pioneros de la industria lechera y ganadera.
Patrimonio arquitectónico




La colonización alemana de mediados del siglo XIX dejó legado en la arquitectura de La Unión. El patrimonio patrimonial urbano incluye notables construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX. Entre ellas destacan la Casa Grob (calle Francisco Bilbao, el Molino Grob, la Casa Duhalde (Manuel Montt con Serrano), el histórico Cuartel de Bomberos Germania, la Casa Hoppe (Letelier con Riquelme), la antigua Estación de Ferrocarril de La Unión, el Colegio Alemán R.A. Philippi y la Parroquia San José ubicada en la Plaza de la Concordia. Estas construcciones han sido declaradas patrimonio nacional por su valor histórico y estético; lamentablemente, en 2016 fue demolida la antigua Casa Iribarne (un ejemplar adicional) debido a su estado de deterioro.




Turismo y atractivos naturales
La Unión ofrece numerosos atractivos para el visitante, combinando naturaleza y patrimonio. Se destaca el Parque Nacional Alerce Costero, que conserva ejemplares milenarios de alerce, como el “Gran Abuelo” (≈5.484 años), que atraen a visitantes interesados en la naturaleza y la botánica.
Otros paisajes naturales incluyen playas y ríos cercanos:
- Playa Colún (oceánica): extensa playa salvaje de 9–10 km frente al océano Pacífico, con dunas y antiguos bosques costeros (olivillos) golpeados por los vientos marinos.
- Playa San Pedro (lago Ranco): balneario a 9 km de Puerto Nuevo, ideal para recreación al aire libre y deportes náuticos en la orilla del lago.
- Puerto Trumao (río Bueno): tradicional embarcadero de balsas; es punto de partida para excursiones por el río y para visitar la histórica Misión de Trumao, iglesia de madera del siglo XVIII construida por franciscanos colonos.
- Playa de Puerto Nuevo (lago Ranco): a unos 43 km en la ribera sur, cuenta con arena habilitada para baño; destaca el antiguo pase de balsa sobre el río Bueno y el bosque costero aledaño.
- Iglesia Misión de Trumao: templo de madera fundado a fines del siglo XVIII por misioneros franciscanos, una reliquia histórica junto al puerto de Trumao.
- Área Protegida El Raulintal: reserva natural privada de ~2.000 hectáreas situada en la Cordillera de la Costa, con senderos hasta senderos a alerces milenarios adyacentes al Parque Alerce Costero. Con floresta densa y alta biodiversidad, destaca por sus bosques relictos y ejemplares únicos de flora y fauna.
El Comercio y Transporte Fluvial en el Río Bueno antes y después del Terremoto de 1960

La Edad Dorada del Comercio Fluvial en el Río Bueno
Durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, el tramo inferior del río Bueno, especialmente entre Trumao y la desembocadura en La Barra, fue una de las principales rutas comerciales del sur de Chile. Esta vía fluvial conectaba a comunidades productoras del interior, como Osorno, La Unión, Río Bueno y San Pablo, con los puertos marítimos de Chiloé, Corral y Puerto Montt, e incluso con rutas internacionales hacia Europa.
El puerto fluvial de Trumao, ubicado a pocos kilómetros de La Unión, se consolidó como un punto estratégico en esta red. Allí atracaban vapores y barcazas provenientes de la costa, que transportaban productos agrícolas y ganaderos del interior. Entre las mercancías más comunes estaban los cereales (trigo, avena, cebada), cueros, lanas, maderas y cáscaras de lingue utilizadas en curtiembre.
Trumao funcionaba además como un centro logístico con funciones aduaneras informales: la carga era almacenada temporalmente y luego se redistribuía por dos vías principales:
- Por tierra hacia localidades como Osorno.
- Por ferrocarril desde la estación Trumao, conectada a la línea longitudinal que unía Valdivia, Osorno y Puerto Montt.
La presencia del tren transformó a Trumao en un nodo intermodal clave, integrando navegación fluvial, transporte terrestre y ferroviario. En esta etapa de esplendor, Trumao era considerado un “símbolo de progreso comercial” para la región.
Otro punto relevante era la Barra del río Bueno, donde buques de cabotaje marítimo ingresaban desde el océano para remontar el río hasta Trumao. Aunque no constituía un puerto formal, esta desembocadura era vital para conectar el comercio regional con el tráfico marítimo costero y ultramarino.




El Terremoto de 1960: El Fin de una Era
El 22 de mayo de 1960, el gran terremoto de Valdivia, el más fuerte registrado en la historia mundial, cambió para siempre la geografía y la economía del sur de Chile. Uno de sus efectos menos conocidos, pero profundamente significativos, fue el colapso del comercio fluvial en el río Bueno.
Tras el sismo y el maremoto asociado, el canal de acceso al río se vio profundamente afectado. El fondo del río cambió drásticamente y se formaron bancos de arena que embancaron el curso, especialmente en su desembocadura. Esto provocó la imposibilidad de navegación para embarcaciones de gran calado, interrumpiendo abruptamente el tránsito fluvial hacia y desde Trumao.
Vecinos de la época recuerdan que buques mercantes “que antes llegaban desde Europa” dejaron de navegar el río porque “el fondo del canal cambió impidiendo su paso”. El episodio marcó el epílogo de la edad de oro del puerto fluvial: la conexión directa entre el mar y el interior agrícola se perdió.
Uno de los últimos hitos de esta época fue el arribo de la barcaza de la Armada Aspirante Isaza en junio de 1960, enviada para prestar apoyo a las zonas afectadas. Su visita despertó curiosidad, pero también simbolizó el cierre de un ciclo.
Impacto Geográfico y Económico
Además de bloquear la navegación, el terremoto alteró profundamente la geografía local. La acumulación de sedimentos en la barra del río Bueno obstruyó permanentemente la entrada marítima, eliminando la posibilidad de recuperar la ruta fluvial para el transporte comercial de carga.
A partir de entonces, la única navegación posible en la zona se limitó al uso de botes menores y transbordadores, principalmente para el cruce de personas o pequeños volúmenes de mercancía dentro de la comuna de La Unión.
Las consecuencias económicas fueron severas:
- Aislamiento de las comunidades ribereñas, que perdieron su acceso directo al mar.
- Aumento de los costos de transporte, al depender exclusivamente de trenes o rutas terrestres (como la actual Ruta 5).
- Desaparición del flujo comercial tradicional, que había sido eficiente y económico durante décadas.
Como señalan historiadores locales, el terremoto de 1960 puso fin a los días de gloria del comercio fluvial en el río Bueno, marcando un antes y un después en la conectividad económica de La Unión y toda la provincia del Ranco.
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